Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y Derechos Humanos. ¿Éxito o Fracaso?


Por Juan Andres Aldecoa

Es de conocimiento popular que los Juegos Olímpicos que se realizaron en Beijing durante el mes de agosto de este año 2008 fueron ante la atenta mirada de millones de personas (10 veces mayor a la cantidad de millones de personas que observaron por televisión la final del Super Bowl 2007) un éxito sin precedentes en lo que respecta a eventos de este tipo, no solo por la infraestructura y la cantidad de ganancias en merchandising que generó el país organizador, sino que también debido a ese espíritu nacionalista que se fue pregonando desde el primer instante en que se supo que Beijing sería la sede de los JJ. OO en el año 2008.

Para los ciudadanos de China, los Juegos Olímpicos de Beijing representaron un momento de apertura al mundo sin antecedentes en la historia, no solo por sus ganas deportivas y el afán de ser el top one en el medallero olímpico que vienen pregonando desde hace ya varios años a esta parte, sino por el valor que representaba para toda la población de este inmenso país mostrarle al mundo su cultura, sus costumbres y el acelerado avance que han tenido en los últimos 30 años.

Es preciso aclarar que el análisis que se va a realizar aquí no tiene como objetivo atacar a un pueblo tan importante y una cultura milenaria como lo es la china. El objetivo trazado es de alguna manera mostrar los aspectos negativos que se forjaron desde el seno del gobierno del país anfitrión de los JJ. OO.

Sistema Deportivo Nacional
¿Qué es el Sistema Deportivo Nacional? Es una idea extraída de la ex Unión Soviética, aunque en el presente ha sido perfeccionado. También han imitado este sistema otras dictaduras como la de Alemania Oriental y Rumania años atrás. Luego de que Europa Oriental fuera reformada solo la República Popular de China ha continuado con la utilización de este sistema. Desde el punto de vista deportivo, cuando nos referimos al triunfo, a conquistar medallas olímpicas y no meramente a la competición o al deporte bien entendido como salud, es un sistema único, muy efectivo, exclusivo en gobiernos de régimen autoritario y represivo por supuesto.

Desde China se admite abiertamente que este régimen es utilizado para lograr lo que por estos lados nos falta: medallas olímpicas. Pero por otra parte, queda demostrado que el Sistema Deportivo Nacional no tiene como cometido el solo hecho de competir. Y así fue, las 51 medallas de oro ganadas por los atletas chinos llevaron al país anfitrión a la cima del medallero en los Juegos Olímpicos Beijing 2008.

La inminente satisfacción que trajo consigo el implemento de este sistema para China dio lugar a especulaciones e investigaciones de todo tipo. Se habló de corrupción, sometimiento a la voluntad, salud y vida personal de los atletas chinos, y como si fuera poco se los acusa a los encargados de dicho sistema y a gente del gobierno de haber utilizado fondos exagerados en relación con la pobreza extrema en la que vive la mayor parte del país.
Según investigaciones que se han dado a conocer por el régimen, el Sistema Deportivo Nacional ha empleado en estos últimos años una cantidad inmensa de recursos humanos y económicos pertenecientes al país para paliar las necesidades de una pequeña minoría: los atletas olímpicos. Esto fue visto como un atentado a los derechos humanos ya que el dinero que se utilizaba para subsidiar futuras medallas de oro, pertenecía a los ciudadanos chinos, que están en su mayoría inmersos en condiciones de pobreza.

Esta desproporción no se ha visto jamás, no entra en la cabeza de ningún ser humano pensante, sólo puede ser aplicada en China por el autoritarismo del régimen que se encuentra al tope, que con la utilización de este Sistema Deportivo Nacional logró superar sus expectativas y ser una de las revelaciones al mirar desde arriba a los demás países en lo que se refiere a medallero olímpico.

El ” Todo sea por la Nación” y los Engaños Olímpicos
“Todo sea por la Nación”, esa era la consigna máxima y la bandera que debería portar todo ciudadano chino, el interés por el triunfo y por demostrar lo que valían como nación debía ser de todos.
Este constituyó un elemento muy importante y un factor clave para tomar ciertas decisiones en lo que respecta a la organización e infraestructura de los JJ. OO. Un claro ejemplo de esta mentalidad fueron los engaños que salieron a la luz, que encubiertos con la consigna “todo sea por la nación” se dejaron pasar por alto, ya que el interés de que las cosas salieran bien era de todos, todos debían luchar y poner en alto a China, sin embargo, los medios de comunicación no pensaron lo mismo y comenzaron a atacar a los organizadores de Beijing 2008.

La noticia que los imponentes fuegos artificiales con los cuales el mundo quedó perplejo fueron realizados a través de una computadora no fue la única mentira relacionada con la ceremonia de apertura. Fue a su vez de conocimiento popular el reemplazo que sufrió la niña china de voz espectacular para su corta edad de siete años. Mientras ella se encontraba cantando detrás de un telón escuchaba su voz por los altoparlantes, y la niña que se encontraba al frente y llevándose todos lo méritos era una “más linda y estilizada” según se enviaron “ordenes de líderes del gobierno central”. Nuevamente se priorizó el erróneo concepto del “todo sea por la nación”.

Si bien aquí se remarcaron los aspectos negativos del Sistema Deportivo Nacional, entre otros, vale destacar que en lo que respecta a logros deportivos a largo plazo, mientras el sistema sea implementado de manera coherente y eficaz no estaría mal mirar e imitar por lo menos algunos aspectos trabajados en el otro hemisferio y quizás ponernos de a poco a la altura de las grandes competencias internacionales.

Por otro lado, luego de un agosto lleno de engaños y de faltas a los derechos humanos, vale la pregunta: Beijing 2008, ¿éxito o fracaso?